Autoridades, familias, congresistas, compañeros, amigos y amigas…
Buenas tardes, bienvenidos a esta acogedora ciudad y a este encuentro internacional que conmemora el treinta aniversario de Autismo Burgos. Precisamente, hace tres décadas nuestra primera actividad fue un congreso en el que tuvimos el privilegio de contar con un hombre singular, Ángel Riviére. Él, al igual que otro reducido grupo de personas, consiguió inspirarnos en una tarea cuyos comienzos fueron difíciles y en algún momento, hasta desalentadores.
Mis primeras palabras quiero dirigirlas a todas aquellas familias que en unos tiempos de desconocimiento e incluso de incomprensión tuvimos la audacia y la fortuna de conocer a otras personas, a otros pioneros que nos insuflaron esperanza, nos ayudaron a dar los primeros pasos y nos animaron a construir lo que con tanto esfuerzo hoy es una afortunada realidad: unos servicios de calidad donde nuestros hijos se educan, viven y trabajan; arropados por un equipo de profesionales con una dimensión humana fuera de lo común.
Treinta años después, hemos vuelto a organizar en esta ciudad una nueva cita internacional bajo el lema, “Perspectiva del Autismo, 30 años después”. Compartir y difundir el conocimiento es una de nuestras señas de identidad y por ello, seguimos apostando por encuentros como éste que aportan conocimiento, facilitan el intercambio de experiencias y promueven el imprescindible diálogo con las Administraciones Públicas que, al menos en el caso de Burgos, considero que está dando buenos resultados.
Nuestro objetivo es claro: conseguir que todos estos conocimientos lleguen al mayor número de personas con TEA para que puedan beneficiarse de una intervención más eficaz, bien preparada y por tanto, más especializada. Hay estudios que evidencian una disminución cuantitativa de los costes sociales cuando precisamente una persona con autismo tiene una intervención temprana y específica. Y en eso debemos insistir sin titubeos. No podemos permitir que hoy, con una prevalencia de 1 por cada 68 nacimientos, estas personas y las que están por venir, no alcancen las cotas máximas de participación activa en la sociedad, y por ende de felicidad y desarrollo.
Este incremento casi exponencial conlleva todo un reto social. En consecuencia, debemos estar muy atentos a los cambios que constantemente estamos recibiendo y planificar el futuro a más corto plazo. Nuestro éxito ha de fundamentarse en ser más inclusivos y de estar bien despiertos a cuantos hallazgos o avances se produzcan en el ámbito de los TEA.
Disponemos de recursos económicos limitados y hemos de aprovechar al máximo las posibilidades que nos brinda las tecnologías: principalmente, internet y las redes sociales, que facilitan notablemente intercambios de información, evitan la acumulación de datos fragmentados y consiguen dar a conocer nuevas investigaciones que llegan en tiempo y forma a sus destinatarios: asociaciones, redes de profesionales, investigadores, familias…
Hoy, superando no pocas dificultades y tras haber contribuido al logro de numerosos avances, las asociaciones de familiares de personas con autismo nos hemos hecho más fuertes, muchísimos más visibles, y todos los días, en todos los rincones del país, demandamos en todas las instancias –sociales, políticas, educativas y legislativas- que estas personas, simplemente diferentes al resto de los ciudadanos, vean reconocidos sus derechos y se integren dignamente en la sociedad.
Estos niños y niñas, estos hombres y mujeres, como el resto de ciudadanos de pleno derecho, requieren una intervención específica y educación permanente. Las Administraciones Públicas, la iniciativa privada, las asociaciones, debemos de trabajar juntas para que de esta manera podamos hacer frente a un reto de una enorme trascendencia social que, honestamente, aún sigue siendo considerado en nuestro país como un problema menor, desconociendo su verdadera dimensión.
En España hay 350.000 personas con autismo que junto con sus familias llegan al millón de afectados. El alcance del problema es tal que, en palabras de la presidenta de la Confederación Autismo España en el Congreso de los Diputados, es imprescindible poner en marcha un Plan de Autismo capaz de dar respuesta desde cada comunidad autónoma a todas las personas con autismo. Una comunidad como Castilla y León, tan sensible con la discapacidad y pionera en políticas sociales, estamos seguros que será capaz de adoptar medidas para avanzar en autismo y favorecer la inclusión de estas personas en el sistema educativo, garantizando su educación permanente a lo largo de su vida.
Amigos y compañeros de Latinoamérica, Europa y España: recibid nuestra más cariñosa bienvenida. Estoy convencida de que este congreso servirá para compartir experiencias y conocimientos, y también contagiarnos de una renovada ilusión por nuestro trabajo. Porque, hemos de tenerlo muy presente: de nosotros depende que las generaciones venideras continúen nuestra labor con entusiasmo, entrega y esperanza.
Y termino como empecé, con un mensaje a todas las familias que hemos hecho posible lo que hace treinta años era una locura: defender y proteger los derechos de unos seres humanos diferentes; de unos ciudadanos distintos pero con sueños e ilusiones como todos nosotros. En la defensa de su dignidad, también está en juego la nuestra y la del conjunto de la sociedad.
“Frente a sus sagas épicas, los héroes clásicos de la antigüedad mantenían autenticidad y recogimiento antes de enfrentarse a sus empresas. En ellas volcaban virtudes tales como la paciencia; una esforzada capacidad para afrontar la adversidad, y una inconmovible convicción de que las dificultades podrían vencerse. Estas son –en palabras del recordado Ángel Riviére- las virtudes que distinguen a las familias de los niños y adultos con autismo”. Virtudes que hago extensivas a nuestros profesionales.
Gracias de corazón a cuantos patrocinadores, administraciones, ponentes, congresistas, voluntarios y familias han hecho posible este afortunado encuentro. Os deseo a todos un fructífero congreso. Muchas gracias.